El escándalo que involucra a José Luis Espert, uno de los aliados más cercanos de Javier Milei, y los presuntos aportes provenientes del narcotráfico, no es un hecho aislado: es la evidencia de un gobierno que combina mentira, soberbia y narcolavado, y que se desmorona política y moralmente ante los ojos de todo el país.

La trama narco que salpica a Espert —y por extensión al Presidente— desnuda el cinismo de un espacio político que llegó al poder prometiendo limpiar la política y derribar a “la casta”, pero que hoy está manchado por los mismos vicios que decía combatir. El proyecto de Milei fue y es una gran mentira, un montaje construido sobre el enojo y la desesperación de millones de argentinos que confiaron en un “antisistema” que resultó ser más de lo mismo, solo que con fanatismo y soberbia.

Mientras el Presidente recorre el país entre insultos y abucheos, los argentinos sufren una de las crisis económicas más profundas de las últimas décadas. La inflación destruye los salarios, el desempleo crece y los precios básicos se disparan sin control. La promesa de “libertad” se transformó en ajuste, hambre y privilegios para unos pocos.

En cada visita al interior, Milei enfrenta una realidad que no puede negar: el rechazo social crece día a día. La bronca popular se expresa abiertamente contra un modelo que beneficia a los poderosos y castiga a quienes trabajan.

Milei perdió credibilidad, autoridad y la confianza de la sociedad. Hoy ruge en el vacío, sostenido por una minoría fanatizada y un aparato mediático que intenta ocultar la descomposición del gobierno. El escándalo narco que rodea a Espert simboliza un ciclo que se agota más rápido de lo que el propio Presidente imaginaba.

Ya no se trata solo de errores de gestión: se trata de un proyecto político sin ética, sin rumbo y rodeado de corrupción, donde la mentira y la soberbia marcan cada acción. Argentina asiste, con bronca y cansancio, al derrumbe de un experimento que confundió destrucción con cambio. La historia será implacable con quienes, en nombre de la “libertad”, entregaron el país al caos, al mercado y al narcolavado.

Digital Chubut/ Jorge Moll

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