Será para analizar el estado del recurso dentro de las 12 millas y evaluar posibles fechas para el inicio de la temporada de pesca. En los primeros días de octubre se cerrarían los despachos a aguas nacionales. Avanzan los acuerdos paritarios con los gremios, solo resta el SOMU de Rawson.
Al tiempo que la temporada de pesca de aguas nacionales comienza a declinar con menos rendimientos, dispersión del langostino y progresivo ingreso de merluza, ya se comienzan a barajar fechas para una prospección dentro de aguas jurisdiccionales de Chubut.
En base a la dinámica de la pesquería y la experiencia de los años anteriores, es de prever que haya un ‘pulmón’ entre ambas temporadas, es decir, entre que cierra una y abre la de provincia.
Una de las alternativas que se analizan en función de cómo vayan evolucionando las capturas, es que en los primeros días de octubre se disponga el cierre de nuevos despachos de barcos a zona de pesca, y unos diez o quince días después ordenar el cierre de la pesquería.
Ya promediando octubre estaría terminando la temporada de aguas nacionales y en ese marco se pediría un relevamiento del recurso dentro de las 12 millas que pertenecen a Chubut, y en base a cuyos resultados definir una eventual apertura de aguas provinciales.
El año pasado se inició la operatoria de la flota amarilla y artesanal a partir del 1° de noviembre, y eventualmente, esa también podría ser una fecha tentativa para el inicio de la actual.
Primó la paz social
La anterior claramente fue una temporada exitosa en Chubut, no solo por las 106.000 toneladas capturadas, una marca histórica, sino. que toda la zafra estuvo caracterizada por la normalidad en la operatoria de toda la cadena productiva.
Una temporada en la que primó la paz social, no se perdió ni una semana de pesca por conflictos, y toda la cadena de valor estuvo en pleno funcionamiento, con todo el impacto económico que ello representa, no solo para la industria pesquera, sino también para las economías locales de los polos pesqueros chubutenses.
En gran medida se logró esa mentada paz social, a partir del acuerdo logrado por todas las empresas intervinientes en plantarse y fijar un valor de referencia de 1.200 pesos el kilogramo de langostino para liquidar los salarios y la producción.
Acuerdo clave
El denominado ‘consenso de Vigo’ y el posterior ‘acuerdo de Aguada’ en Trelew permitieron una solidez del sector que se tradujo luego en los acuerdos paritarios con los sindicatos, incluido el SOMU, a pesar de la resistencia de la conducción nacional del sindicato de los marineros, pero la voluntad de salir a trabajar de los tripulantes primó por sobre la intransigencia del gremio.
Así, se inició la temporada el 1 de agosto de 2024 y se logró una temporada récord en cuanto a los niveles de capturas, otra fue la realidad en cuanto a lo comercial, con precios deprimidos y mercados retraídos con menor demanda.
Resta que firme el SOMU
Con todo, el escenario actual muestra que ya se han cerrado acuerdos salariales con el Sindicato de la Alimentación (STIA), también se pautaron valores con la estiba, y la flota amarilla ya cerró la paritaria con los capitanes y los maquinistas; resta que se acuerde con el sindicato de la marinería para que estén dadas las condiciones para empezar la zafra en tiempo y forma. En base a la experiencia de la anterior temporada, y lo corta que ha sido la zafra de nación, hay demanda y voluntad de los trabajadores para que no haya demoras ni perdida de semanas de trabajo.
Revista Puerto