La pesquería de la especie Pleoticus muelleri, en la temporada de aguas de la provincia de Chubut, se presenta atípica, no por la falta de recurso, ni por las condiciones biológicas del langostino, sino por el complejo escenario que presentan los mercados internacionales. El esperado ‘repunte’ de las ventas de fin de año nunca llegó.
Todos los comerciales de las compañías coinciden en que está siendo muy complejo cerrar operaciones y las ventas que se concretan se realizan en valores iguales o inferiores a la temporada anterior.
Un actor de la envergadura de China desapareció como interesado en el langostino, salvaje y austral de FAO 41. Las comercializaciones de esta especie al gigante asiático se derrumbaron y no volvieron a recuperarse.
El mercado europeo mantiene la demanda, pero a valores que mellan la rentabilidad de las exportadoras argentinas. El langostino L1, emblema de la pesquería, es el que sigue teniendo demanda, y un poco menos el L2, pero en rigor, las tallas L3 y L4 de Pleoticus muelleri no son apetecidas en los volúmenes de años anteriores.
El crecimiento exponencial que ha tenido el camarón de cultivo, con cifras récord de producción de Vannamei superando el millón de toneladas en 2024, inundó el mercado de un producto que es claramente diferente en cuanto a calidad, al comparárselo con el langostino argentino, pero vale la mitad y es hoy un sustituto del L3 y L4 que se pesca en la Patagonia. ‘El consumidor de un gambón de ese tipo de tallas no busca calidad, busca precio’, sintetiza de modo gráfico un ejecutivo de una compañía líder.
La parada biológica que adoptó Chubut tuvo varias lecturas. La flota efectivamente estaba pescando tallas chicas en los días previos a que se suspendan los despachos de buques. Aunque, varios operadores del sector, interpretan que una semana de cese de operaciones no alcanza para que las redes tangoneras logren un marisco L1 y L2 a partir de mañana.
Otros, leen que hubo presiones de la flota amarilla para que las plantas mejoren el precio a los barcos, acorraladas por tener que afrontar elevadísimos costos fijos, entre ellos los laborales, sin tener disponibilidad de materia prima para procesar.
Lo cierto es que mañana, de no mediar algún cambio, la flota de Rawson podrá retomar operaciones de pesca, como así también la cadena productiva de la industria pesquera de Chubut. En este, como en el resto de los complejos exportadores, el que manda es el mercado. Hay nichos puntuales de productos específicos que mantienen su dinámica en el comercio exterior.
No obstante, hoy las ventas están amesetadas, la demanda no experimenta un repunte, al menos por ahora, y hay cámaras de frío con toneladas de langostino a la espera de ser comercializado. Indicadores que preocupan.