Se trata de un trabajo colaborativo entre científicos/as del CENPAT y de otras instituciones que estudia las rutas migratorias de las ballenas franca austral de Península Valdés
La ballena franca austral es una de las especies más emblemáticas de la Patagonia y en Argentina tiene la categoría de Monumento Natural Nacional para asegurar su conservación. Todos los años, entre los meses de junio y noviembre, las ballenas llegan a las costas de Península Valdés, provincia de Chubut, para reproducirse y cuidar a sus crías antes de emprender largos viajes por el océano en busca de alimento. En 2025 se registraron más de 2100 individuos, un 40 por ciento más que el año pasado. Desde 2014, estas migraciones son estudiadas mediante transmisores satelitales de última generación por el proyecto colaborativo Siguiendo Ballenas. En su 10° temporada de investigación, que comenzó recientemente, un grupo de científicos del CENPAT y de organizaciones de distintos países se encuentran monitoreando 30 ballenas.
El seguimiento satelital permite analizar el comportamiento de las ballenas en las áreas de reproducción y cría, la velocidad y distancias de los desplazamientos diarios, las áreas clave para su alimentación y ciclo de vida en el Océano Atlántico Sudoccidental y en los mares subantárticos. Esta información es valiosa para conocer más sobre la especie y para verificar si sus principales zonas de uso se solapan con actividades humanas, como la pesca, la extracción de hidrocarburos o el transporte naviero, y elaborar recomendaciones para mitigar posibles impactos.
Desde este año, la información regional generada por el proyecto se integra a la iniciativa global Corredores Azules, https://bluecorridors.org/, que sintetiza datos de seguimiento satelital llevados a cabo por organizaciones de diferentes lugares del mundo para trazar un mapa de las rutas migratorias de las ballenas a escala internacional.
Una nueva temporada de investigación
En septiembre los científicos, a bordo de una pequeña embarcación, colocaron transmisores satelitales de última generación a 30 ballenas francas australes en el Golfo Nuevo, Península Valdés. Se utiliza la tecnología más segura para garantizar la salud y bienestar de los animales y, transcurrido un tiempo (que puede variar entre días y meses) los dispositivos se desprenden solos sin generarles daño.
Los individuos monitoreados conforman un grupo representativo que incluye madres con cría e individuos solitarios. Previo a la instrumentación se contempla que se encuentren en buenas condiciones corporales y muestren buena recepción al acercamiento del bote de investigación. Para facilitar su identificación a cada ballena portadora de un dispositivo, y como en la
temporada pasada, se le asignó el nombre de un elemento de la tabla periódica, como Neon, Einsteinium y Aluminium.
Cada animal es fotografiado y las imágenes cotejadas luego con las del catálogo de fotoidentificación que contiene más de 5 mil ballenas conocidas, en algunos casos desde 1971.
Durante los dos meses siguientes, los científicos realizan un seguimiento en el Golfo Nuevo para evaluar el estado de las ballenas monitoreadas y su comportamiento antes de que inicien sus viajes hacia las áreas de alimentación. Estos recorridos pueden visualizarse en el sitio www.siguiendoballenas.org
Tecnología de avanzada
Los transmisores satelitales de larga duración permiten conocer la localización en el mar de cada ballena, con una frecuencia de varias posiciones al día. El análisis de estos datos ha permitido en la última década comprender mejor los patrones migratorios de esta especie que cubren miles de kilómetros anualmente. Se ha registrado que algunos individuos utilizan varias áreas de alimentación durante la temporada y también algunos recorridos inéditos, como el de la ballena denominada Atenea, que en 2023-2024 fue la primera en unir los océanos Atlántico y Pacífico, al dirigirse desde Península Valdés hacia la cuenca oceánica del Pacífico Sudoriental frente al extremo austral de Chile.
Con el fin de incorporar tecnologías cada vez más eficientes, en cada temporada del proyecto se utilizan nuevos diseños que son miniaturizados y priorizan el bienestar animal. El desarrollo tecnológico también ha ido logrando una mayor duración de los dispositivos y, por lo tanto, una mejor escala de recorridos y de su información asociada.
Según indica el sitio web www.siguiendoballenas.org, “durante octubre, y superado el año desde su colocación, los instrumentos que portaban las dos últimas ballenas de la temporada 2024 cesaron su transmisión. Perdimos conexión con Moscovium a principios de mes, cuando se encontraba sobre la plataforma continental frente a las costas de Buenos Aires. Unos 10 días más tarde y unos 100 km más al sur, el dispositivo satelital de Sulfurium también dejó de enviar posición”. Con 383 y 402 días de transmisión, respectivamente, ambos registros superan los récords de años anteriores. Aunque en la temporada 2022-23 Rodocrosita, una ballena conocida desde 1971, envió señal hasta el día 469 posterior a su instrumentación, su transmisor tuvo prolongadas pérdidas de conexión. Este nuevo resultado demuestra una notable mejora en el funcionamiento de los transmisores desarrollados para este proyecto. La mayor duración permitió conocer, entre otras cosas, que algunas madres no regresan a Península Valdés para el destete de su cría, aunque sí se acercan al continente pasada la migración estival.
Más de diez años monitoreando ballenas
El proyecto que fue iniciado en 2014 logró sostenerse hasta la actualidad, y en más de una década habrá podido conocer los recorridos de 145 ballenas con el fin de aportar nuevos datos para su conservación.
Siguiendo Ballenas es el resultado del trabajo colaborativo entre varias instituciones de Argentina, Brasil, Dinamarca y Estados Unidos: el Laboratorio de Mamíferos Marinos (LaMaMa) del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), el Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni (CIMAS, CONICET-UNComa-INIDEP-Gobierno de Río Negro), la Facultad de Ciencias Marinas (FaCiMar) de la Universidad Nacional del Comahue, la Fundación Patagonia Natural, el Instituto Aqualie, el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), Cooperative Institute for Climate, Ocean and Ecosystem Studies (CICOES) de la Universidad de Washington, Marine Ecology and Telemetry Research y National Oceanic and Atmospheric Administration de Estados Unidos (NOAA), el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, la Universidad de California Davis – Wildlife Health Center- y WCS Argentina. El trabajo de campo requiere de experimentados capitanes para un acercamiento cuidadoso a los animales, y en las últimas temporadas estuvo a cargo de Federico Arribere de la empresa Hydrosport.
Desde 2023, el proyecto cuenta con el apoyo del desarrollador y fabricante de transmisores Wildlife Computers. Es financiado principalmente por el Office of Naval Research y el NOAA, y por organizaciones colaboradoras de Argentina, Brasil y EE. UU. Cuenta además con el aval de la Comisión Ballenera Internacional a través del Plan de Manejo y Conservación de la Ballena Franca del Atlántico Sudoccidental, del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Argentina, de las provincias de Chubut y Río Negro, y de la Prefectura Naval Argentina. Recibe aportes de información y fotos de integrantes de la Asociación de Guías Balleneros y la comunidad de Puerto Pirámides, Chubut, y de la Asociación de Prestadores de Servicios Náuticos del Municipio de San Antonio Oeste, Río Negro.
